Aleix Espargaró se ríe de su error en Catalunya: “Saludando como un idiota”

Aleix Espargaró se rió de su propia desgracia y admitió que le avergonzó haber saludado al público antes del final de la carrera.

Aleix Espargaró se confundió y acabó tirando el podio a la basura en Catalunya (Vídeo: DAZN)

Aleix Espargaró ya puede reírse de su propia vergüenza tras tirar por la borda un segundo puesto en el GP de Catalunya de MotoGP. El piloto de Aprilia admitió que estaba «avergonzado» en la carrera de casa y que estaba «saludando [al público] como un idiota» cuando aún quedaba una vuelta para el final.

El pasado domingo, Aleix luchó por arrebatarle la segunda plaza a Jorge Martín en la carrera y, cuando la posición parecía consolidada, se equivocó en el cómputo de vueltas y empezó a saludar al público una vuelta antes de la bandera a cuadros. Al percatarse del despiste, el mayor de los Espargaró volvió a acelerar, pero sólo consiguió hacerse con la quinta plaza.

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Aleix Espargaró admitió que pasó vergüenza en Catalunya (Foto: Divulgación/MotoGP)

Con el resultado, Aleix mantuvo su segundo puesto en el Mundial, pero ahora a 22 puntos de Fabio Quartararo en la clasificación de MotoGP.

“Fue un error súper grande”, asumió Aleix durante su participación en el programa El Hormiguero. “No sé si fue porque era el GP de mi casa y estaba muy concentrado, pero no vi el cartel que nos pusieron a 350 km/h con toda la información y me perdí el podio”, siguió.

“Hoy intentaré estar más concentrado y no irme antes del final del programa”, bromeó.

El piloto de Aprilia mencionó que, en 16 temporadas en el Mundial de MotoGP, nunca había vivido algo similar y sintió mucha vergüenza.

“Tengo 32 años y llevo 16 temporadas en el Mundial. Me he caído, me he lesionado, se me ha roto el motor, pero nunca me había pasado nada parecido. Me sentí muy mal porque hubiera terminado segundo frente a mi gente y estaba saludando como un idiota cuando faltaba una vuelta… Empecé a llorar y me sentí muy mal, sentí mucha vergüenza”, asumió. “Estos son errores, somos humanos, son cosas que pueden pasar, pero cuando pasan, da mucha rabia. Pero tenemos que reírnos de estas cosas”, bromeó.

Al ver las imágenes del Barcelona, ​​Aleix reconoció que le costó encontrar consuelo en ese momento. Y ni siquiera la presencia de sus hijos, los pequeños Max y Mia, podía aliviar el dolor de ese momento.

“Tenemos un equipo humano a mi alrededor que es brutal, pero ahí ni mis mellizos, que estaban en boxes, mis pequeños, no me consolaban. Ni nadie. Fue un mar de lágrimas”, encerró.