Verstappen empieza dominio implacable en la F1 2023 y deja las incógnitas para el resto

La Fórmula 1 inició su campeonato 2023 en Bahréin en el que no hubo sorpresas respecto al dominio de Red Bull, con una clara victoria de Max Verstappen, pero que sí aparejó incógnitas sobre el orden de fuerzas en el escalón de abajo, entre Ferrari, Mercedes y Aston Martin. Por lo pronto, en Sakhir, quien prevaleció fue Fernando Alonso, nuevo piloto del equipo del magnate Lawrence Stroll, quien brilló y logró un podio memorable.

Y si bien el propio Alonso había mostrado el potencial de la escudería británica en los entrenamientos del viernes y durante la última práctica del sábado, Red Bull volvió a recordarle a todos de su poderío, al largar con sus dos autos desde la primera fila gracias a la pole position de Verstappen. Las primeras muestras del RB19 en la pista exhibieron los buenos genes del RB18, un auto muy por encima del resto en 2022, y cuyo foco en el desarrolló es la evolución y una mínima corrección de defectos.

Así, el RB19, sobre todo en el ejemplar de Verstappen, paseó en otro planeta. Aquel ocasional consumo de neumáticos que sufrió el año pasado, en carreras como Austria o Sao Paulo, quizás lo único que se pudo objetar frente a un combo demoledor de fiabilidad, velocidad y estrategia, esta vez se convirtió en virtud, con stints muy longevos con goma blanda. Mientras que Ferrari y Mercedes lograron hacer stints de 13 o 14 vueltas con ese neumático, Verstappen consiguió hacerlo andar durante 22 vueltas con una estrategia blando-blando-duro, y siempre con un ritmo superior al de sus competidores. Y así, venció por 11s por delante de su compañero Pérez, quien nunca fue rival para el holandés.

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Alonso resurge

Si bien la salida de Alpine y la llegada a Aston Martin para 2023 aparejó algunas incógnitas, Fernando Alonso dio en el clavo al llegar a la escudería británica. Y con su podio en Bahréin plasmó las expectativas que el equipo mostró a partir de la pretemporada, con un AMR23 mucho más veloz y que exhibió un excelente ritmo de carrera. En un escenario que un año atrás era impensado, el auto verde #14 doblegó a los Mercedes y a la Ferrari de Carlos Sainz, para darle a Alonso su primer podio en la categoría desde Qatar 2021.

Y frente a la alegría inicial, el futuro para la escudería es prometedor. El auto engloba un concepto nuevo, es potente y nació bien, y a la vez, tiene una curva de desarrollo muy alentadora frente a Ferrari y Mercedes, que continuaron apostando por el mismo concepto de 2022 y cuyo margen de mejora es más reducido. Frente a las incesantes curvas de Bahréin, el reto próximoo para Aston Martin será su comportamiento en una pista veloz como Arabia Saudita, dentro de dos semanas, y cómo responderá a las próximas actualizaciones que ponga en pista a lo largo del calendario. Por lo pronto, una nueva victoria de Alonso, que estuvo por última vez en lo más alto del podio hace una década en el GP de España de 2013, es algo posible.

Por otra parte, del otro lado de los boxes está Lance Stroll, que obtuvo un meritorio sexto lugar a pesar de los problemas físicos que le generó una fractura de muñecas y su posterior operación. En una medida arriesgada de correr con poco tiempo de recuperación, el futuro del canadiense tiene dos contrapuntos. Una reconocimiento a su habilidad conductiva al tener un auto competitivo, muchas veces puesta en tela de juicio al ser el hijo del dueño del equipo, o sufrir alguna secuela por el esfuerzo de este fin de semana, como ya sufrió en su momento Marc Márquez en el MotoGP.

Ferrari y Mercedes, con el vaso medio vacío

Detrás de Red Bull, las dos escuderías de punta de la Fórmula 1 estuvieron aquejadas por los mismos vicios de 2022. En el caso de Ferrari, que sufrió varios problemas de fiabilidad en la F1-75 del año pasado, esta vez tuvo que lidiar con un debut complicado de la SF-23, que dejó en el camino a Charles Leclerc cuando estaba tercero por una falla en la unidad motriz. En relación al desgaste, Sainz al menos pudo mantener a raya al Mercedes de Hamilton, pero sucumbió claramente frente al Aston Martin de Alonso que corrió como una tromba las últimas vueltas. De igual manera, la brecha en el ritmo frente a Red Bull también se incrementó para mal, con una diferencia cercana a 1s en relación al auto de Verstappen.

Mercedes, con poco poder de fuego, no había generado buenas impresiones en la pretemporada ni tampoco el viernes en las primeras prácticas. El sábado mejoró con cambios de puesta a punto, pero aún no tiene el ritmo de Red Bull. Pero en cierta forma, el W14 tiene algo de incógnita. Este auto no tiene algunos vicios como el efecto rebote de su antecesor de 2022, y la sensación, según palabras de Hamilton, es que hay un margen de mejora mayor en el aspecto aerodinámico.

No obstante, la cuestión es saber qué tanto se puede evolucionar ante un Red Bull que arrasa, y cuenta con un Verstappen demoledor en el arranque de la F1 2023.