Hamilton se libra de sanción por piercing en Singapur, pero Mercedes es multado

Lewis Hamilton ha sido absuelto por los comisarios de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) por llevar un piercing en la nariz y ha evitado una sanción. El heptacampeón mundial de Fórmula 1 fue llamado a la sala de comisarios tras la disputa de los FP3 este sábado en Singapur por una infracción del Apéndice L, Capítulo III del Código Deportivo Internacional, que habla del equipamiento de los pilotos.

Mercedes, que fue sancionada con 25.000 euros por rellenar un formulario de autoanálisis inexacto. Es decir, la FIA entendió que el equipo no sabía que Hamilton había entrado en el coche utilizando el accesorio. Por ello, no comprobó la conformidad ni del coche ni del piloto antes de una sesión en pista.

Este proceso de evaluación se lleva a cabo en la F1 desde la temporada 2019. Pero, siempre según el documento, Mercedes asumió, sin preguntar al piloto, que éste saldría a la pista llevando la joya. «El error en la declaración en este caso no fue intencionado ni deliberado. Pero no se habría producido si el equipo hubiera hecho una comprobación de Hamilton antes de rellenar la declaración», dice el texto de la FIA.

Los comisarios aceptaran la explicación de Hamilton de que estaba recibiendo tratamiento médico debido a una infección nasal y le liberaron. El documento de la FIA afirma que Mercedes elaboró un informe que confirmaba la explicación del piloto. A continuación, los comisarios consultaron al subdirector médico de la organización, el Dr. Ian Roberts, que ratificó el dictamen médico que contenía.

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En la rueda de prensa posterior a la clasificación en el circuito de Marina Bay, Hamilton -que saldrá desde la tercera posición- dio su versión de los hechos. El piloto recordó todos los problemas que tuvo al principio de la temporada y dijo que tenía la exención de utilizar el accesorio concedida por la Federación Internacional hasta que encontrara una solución al problema.

«Desde hace años tengo mis joyas y un piercing en la nariz, sin embargo, tuve una infección en el lugar a causa del piercing, me salió una ampolla de sangre, había pus y me quedó una herida. Para arreglarlo, el equipo médico me pidió que lo mantuviera, junto con una carta de recomendación del médico, y en las últimas dos semanas ha empezado a curarse», justificó Lewis.

Hamilton se mantuvo firme en su postura contra la prohibición de la FIA sobre las joyas y habló de la locura que supone hablar de algo tan pequeño. «Una de las excusas que se dieron hace tiempo fue que en caso de que hubiera un incendio, el metal del piercing es un conductor del calor. Pero nuestros trajes, los cinturones de seguridad, la cremallera, la hebilla alrededor del casco, son todos de metal. Es todo muy tonto», recalcó.

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Por último, el británico pidió una postura más firme de los comisarios y que se preocupen de otras cosas. «Están ahí para mantenernos a salvo, eso es lo más importante. Pero esto no es un problema de seguridad», agregó Hamilton.

Recuerda la polémica entre la FIA y Hamilton

La polémica sobre el uso de joyas y piercings en la Fórmula 1 comenzó en el GP de Australia, en abril. La FIA reforzó la prohibición de los accesorios, aunque la norma existe desde 2005 y nunca se aplicó debidamente a lo largo de los años.

La carrera pasó, pero la polémica creció. Luego, en la ronda de Miami, la entidad endureció aún más la norma y fijó un plazo de dos carreras para que los pilotos «con joyas difíciles de quitar» en sus carrocerías las retiren. A Lewis Hamilton le bastó con aparecer en la rueda de prensa en suelo americano cubierto de collares, anillos, relojes y piercing en la nariz.