Hamilton deja atrás inicio irregular y busca el octavo tras recuperación histórica

Joao Pedro Nascimento analiza el año de altibajos de Hamilton y Mercedes, quiénes pueden consagrarse octacampeones este fin de semana.

Lewis Hamilton y Max Verstappen llagan a la última carrera de la Fórmula 1 de 2021 en una situación que ni los fans más alucinados del automovilismo podían soñar. Con ambos empatados en 369,5 puntos, será la primera vez desde 1974 que los dos aspirantes al título van a la última carrera con la misma puntuación en la categoría. En una temporada que llegó a parecer perdida en Ciudad de México, el inglés consiguió un sprint final vital. Con tres victorias seguidas, llega a Abu Dabi con opciones reales de asegurar el octavo título y destacarse como el mayor campeón de la historia.

A pesar de la alta puntuación tras las 21 pruebas y el coliderato del campeonato -claro, atrás en el desempate con Verstappen, que tiene una victoria más-, la temporada no fue simple para Hamilton como habían sido las últimas. El inglés ganó simplemente todos los títulos de la era híbrida con la excepción de 2016, cuando Nico Rosberg triunfó también con Mercedes. Red Bull presentó un conjunto realmente desafiador a la escudería alemana en 2021 y se mostró incluso superior en buena parte del año. No obstante, el actual tetracampeón consecutivo despertó en esta recta final y disminuyó la ventaja del holandés. Con un auxilio vital del equipo.

Todo empezó en Baréin, cuando Red Bull dio la primera muestra a Mercedes de que realmente venían a luchar por el título en 2021. Y, dentro de las pistas, la carrera fue un aperitivo de lo que sería visto a lo largo del año, con Hamilton y Verstappen luchando ferozmente en la pista. Lewis ganó en Sakir, tras Max adelantarle y tener que devolver la posición por exceder los límites de pista. La primera carrera del año ya reservó la primera polémica. Era un el inicio de lo que tenía que venir.

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MAX VERSTAPPEN; LEWIS HAMILTON; GP DO BAHREIN; F1
Momento en que Verstappen supera los limites de la curva 4 para superar Hamilton en Bahrein (Foto: Reproducción)

Tras unos resultados positivos en las siguientes tres carreras, segunda en Imola y vencedor en Portugal y España, el campeonato empezó a complicarse para el siete veces campeón, que en ese momento seguía en cabeza. Un séptimo puesto raro y casi inexplicable en Mónaco, en un fin de semana en el que Hamilton no vio el coche, marcó la pauta para lo que estaba por venir. Luego llegó Azerbaiyán, con una carrera que pudo haber sido decisiva para el destino de ambos en el campeonato y que tuvo emociones inesperadas en la recta principal del circuito de Bakú.

Primero, Verstappen sufrió un pinchazo mientras lideraba la carrera y dejó al coche claramente descontento con el problema; incluso pateó el volante del RB16B. La victoria recaería a manos de Hamilton, quien se convertiría en el líder de la carrera, pero simplemente presionó un botón equivocado en su volante en el reinicio. El inglés pasó largo por la curva 1, y en una prueba que probablemente sumaría una buena cantidad de puntos, tal vez incluso 25, terminó en el puesto 15, con cero puntos.

Hamilton incluso regresó al podio en las siguientes dos carreras, terminando segundo en Francia y Estiria, pero vio a Verstappen ganar a ambos y aún triunfar en Austria, cuando el británico llegó cuarto y la diferencia terminó en 32 puntos entre los dos. En otras palabras, hubo cinco carreras malas para el británico y esa sensación de que el campeonato, sí, ya podría haber terminado.

Lewis solo volvió a ganar en casa, en el GP de Gran Bretaña, cuando ambos se tocaron en la salida y Max se retiró. El inglés incluso fue sancionado, pero triunfó con penalización y todo. Pero eso parecía haber sido solo un soplo de esperanza, porque luego fueron cuatro carreras más sin una victoria hasta el GP de Rusia, pasando en Hungría, la no carrera de Bélgica, los Países Bajos, donde Max se paseó y, por supuesto, en Italia, donde la rivalidad entre los dos se incendió para siempre, y ambos abandonaron en una escena de comedia, con Verstappen subiéndose al coche de Hamilton.

La situación en Turquía parecía cada vez más complicada para Hamilton con el quinto lugar (Foto: AFP)

De esta manera, Lewis vio la brecha con Max en el campeonato cada vez más grande, ya que el holandés apenas se equivocó. Fue primero o segundo en absolutamente todas las carreras que completó. Excepto en el GP de Hungría, cuando fue golpeado por Valtteri Bottas e incluso logró cerrar en noveno lugar con el coche hecho pedazos. Además, logró algo que el inglés solo pudo lograr en Arabia Saudí, la penúltima prueba del año. Tres victorias seguidas, que podrían haber sido cinco, de no haber abandonado en Azerbaiyán sin culpa.

El GP de Turquía reservó momentos de extrema tensión en Mercedes, que erró en su estrategia y vio su situación cada vez más complicada. A pesar de la quinta posición, tras ser derrotado por Sergio Pérez en una intensa disputa. Hay que tener en cuenta que Hamilton comenzó en 11° lugar debido al cambio de motor en su Mercedes, algo que resultaría vital para el resto del año. Sin embargo, el rendimiento superior del coche #44 no fue suficiente para ganar dos pruebas en las que los de Red Bull fueron perfectos. En Estados Unidos y México, este último un verdadero paseo de Verstappen. El primero, un giro surrealista de los austriacos de la noche a la mañana.

Con 19 puntos de diferencia en el campeonato, llegó el GP de São Paulo, que merecería un texto aparte, para ser justos. Hamilton volvió a reponer una pieza del motor, buscando más potencia, fue sancionado con una pérdida de cinco posiciones de parrilla y también fue descalificado de la clasificación para la carrera sprint, en la que tuvo que salir último por una irregularidad en el ala trasera. Verstappen quedó segundo en la parrilla de salida, luego agregó dos puntos más y aumentó la ventaja a 21.

En Brasil, Lewis Hamilton tuvo una actuación pocas veces vista en la Fórmula 1 y mostró que estaba vivo (Foto: Mercedes)

Pero luego Hamilton se despertó. Con un cuchillo entre dientes, Lewis simplemente pasó 15 coches en la carrera sprint de Interlagos y otros nueve en la carrera principal. De esta forma, el heptacampeón superó absolutamente a todos los pilotos de la parrilla en un solo fin de semana. El motor Mercedes «picante» marcó la diferencia. E incluso la cuestionable maniobra defensiva de Max en la vuelta 48 no fue suficiente para evitar la victoria.

Hamilton mantuvo su impulso en Qatar y Arabia Saudí, con dos victorias más -en Jeddah, otro triunfo rodeado de polémica por la feroz rivalidad entre los candidatos al título y, sobre todo, el tipo de defensa del rival- y llegará en Abu Dhabi consciente de que todo está prácticamente a cero para la última carrera del año. Quien termine por delante será campeón. En caso de doble retirada, el título es para Verstappen, quien ganó nueve veces frente a las ocho de Lewis. Y sí, este escenario no debe pasarse por alto.

En una temporada marcada por altibajos para el siete veces campeón. Es algo que no se ha visto en la era híbrida desde la retirada de Rosberg. Hamilton aún logra llegar a la carrera final con una verdadera oportunidad por el título. A la par con Verstappen, que tuvo un mejor coche durante la mayor parte de la temporada, además de mostrar más regularidad.

El sueño de Mercedes es conseguir un 1-2 para la parrilla de salida de Abu Dabi, con Hamilton en primer lugar y Bottas en segundo. Lo único que más quiere evitar la formación alemana es un nuevo encuentro con Verstappen en una disputa por el puesto. Eso podría resultar fatal en las ambiciones por el título. El final de la temporada 2021 se presenta en el apogeo de lo que fue el año más emocionante de toda la era híbrida de la Fórmula 1. Un verdadero cierre con llave de oro y que podría resultar en un octa sin precedentes en la historia de la categoría.

La perseverancia de Hamilton fue fundamental para vencer una carrera caótica en Jeddah y empatar en el liderato del campeonato (Foto: Mercedes)